Para empezar no creo que exista el paraíso, si este lo tomamos como algo supremo donde todo fuera maravilloso.
Cada persona tiene su propia definición de paraíso; según la Iglesia sería el lugar donde disfrutarías con la presencia de Dios y uno se encontraría lleno de felicidad en un lugar perfecto y ameno, cosa en la que estoy poco de acuerdo, porque incluso pensando que Dios y su paraíso existieran, ese sería sólo el paraíso para algunas personas porque dudo que haya uno único para todas, es más no creo que exista uno igual para dos.
En mi opinión el “paraíso” no existe porque es imposible que alguien pueda estar en un lugar tan ameno, tan adecuado, tan alegre... en que todo este a su gusto y coincida hasta el más mínimo detalle para que fuera tan feliz. Pero si pensáramos por un momento que se puede llegar a este nivel de felicidad, de alegría, de bienestar; cuando está todo perfecto, ¿qué quedaría por hacer?, ¿no caeríamos en un profundo aburrimiento, tarde o temprano, que llevaría a perder felicidad? Pues yo creo que sí, que el cansancio llegaría pronto y ya no estaríamos en una placidez tan profunda, lo que lleva a pensar que no sería paraíso, porque creo que también gusta ganarse las cosas uno mismo para sentir esa sensación de conseguir metas, y si estamos en el “paraíso”, esta sensación se anularía, por lo que llegamos a algo contradictorio: es felicidad pero también nos la quita, por lo cual ya no sería “paraíso”, pienso que sería prácticamente imposible llegar a esos niveles.
Si tuviera que dar mi definición de paraíso, la aproximaría a un bienestar y a una felicidad relativos que nunca llegaran al nivel absoluto, porque empezaríamos a perderlos. Ese bienestar y felicidad vendrían dados por las cosas que más nos gustan hacer y con las que mejor nos sentimos, con las que nuestra mente deja de pensar o de “estar” y se deja llevar, pero también con las que no se está tan a nuestro gusto, con las que no nos plazcan tanto, hasta un cierto punto, por supuesto. Esto sería por tener siempre algo en lo que no estemos conformes para intentar solucionarlo pero no caer nunca en el propio “paraíso” si no estar siempre cerca, para combinar esas dos sensaciones de tenerlo todo perfecto y sobreponerse a lo que no lo sea, porque estas dos cosas serían una suma mayor de bienestar que el propio “paraíso”.
Cada persona tiene su propia definición de paraíso; según la Iglesia sería el lugar donde disfrutarías con la presencia de Dios y uno se encontraría lleno de felicidad en un lugar perfecto y ameno, cosa en la que estoy poco de acuerdo, porque incluso pensando que Dios y su paraíso existieran, ese sería sólo el paraíso para algunas personas porque dudo que haya uno único para todas, es más no creo que exista uno igual para dos.
En mi opinión el “paraíso” no existe porque es imposible que alguien pueda estar en un lugar tan ameno, tan adecuado, tan alegre... en que todo este a su gusto y coincida hasta el más mínimo detalle para que fuera tan feliz. Pero si pensáramos por un momento que se puede llegar a este nivel de felicidad, de alegría, de bienestar; cuando está todo perfecto, ¿qué quedaría por hacer?, ¿no caeríamos en un profundo aburrimiento, tarde o temprano, que llevaría a perder felicidad? Pues yo creo que sí, que el cansancio llegaría pronto y ya no estaríamos en una placidez tan profunda, lo que lleva a pensar que no sería paraíso, porque creo que también gusta ganarse las cosas uno mismo para sentir esa sensación de conseguir metas, y si estamos en el “paraíso”, esta sensación se anularía, por lo que llegamos a algo contradictorio: es felicidad pero también nos la quita, por lo cual ya no sería “paraíso”, pienso que sería prácticamente imposible llegar a esos niveles.
Si tuviera que dar mi definición de paraíso, la aproximaría a un bienestar y a una felicidad relativos que nunca llegaran al nivel absoluto, porque empezaríamos a perderlos. Ese bienestar y felicidad vendrían dados por las cosas que más nos gustan hacer y con las que mejor nos sentimos, con las que nuestra mente deja de pensar o de “estar” y se deja llevar, pero también con las que no se está tan a nuestro gusto, con las que no nos plazcan tanto, hasta un cierto punto, por supuesto. Esto sería por tener siempre algo en lo que no estemos conformes para intentar solucionarlo pero no caer nunca en el propio “paraíso” si no estar siempre cerca, para combinar esas dos sensaciones de tenerlo todo perfecto y sobreponerse a lo que no lo sea, porque estas dos cosas serían una suma mayor de bienestar que el propio “paraíso”.
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on martes, septiembre 30, 2008
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Creaciones
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